Nunca Llueve Eternamente
La noche antes de la boda fué una guerra de dioses del tiempo, primero cayó tormenta electrica, después empezó la nieve a marcar su paso entre la lluvia, amaneció el día soleado y dar tregua al asunto. Una vez se dió el primer beso después de ser casados, las nubes empezaron a llorar de felicidad y emoción.
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