The Peony Journal - Wedding Editorial | Dominican Republic
The Peony Journal
Hay quienes piensan que una boda debe seguir un patrón.
Una estructura. Un molde.
Pero… ¿y si no fuera así?
¿Y si ese día pudiera ser un reflejo quienes realmente somos?
No se trata de romper con la tradición,
sino de tocarla con nuestras manos
y darle nueva forma.
Una forma íntima, honesta, nuestra.
No se trata de romper con la tradición.
Sino de acercarse a ella con las manos abiertas, y moldearla suavemente
hasta que respire con nuestra voz.
Cada decisión es una huella.
Cada objeto, una palabra elegida.
Cada luz, cada textura, cada matiz de color…
es un gesto que revela lo que somos.
No porque lo diga una tendencia,
sino porque nos refleja.
Como la flor Peonía, que no se abre por obligación, sino cuando el tiempo y la intención se alinean… así puede florecer también una boda auténtica.
Este no es un llamado a ser distintos.
Es una invitación a ser fieles.
Fieles a lo que soñamos.
Fieles a lo que sentimos.
Porque una boda no es una obra para otros.
Es una celebración del amor y lo que elegimos ser.
Y todo lo que lleve nuestro nombre
puede, y debe, hablarnos de vuelta.
Hay quienes piensan que una boda debe seguir un patrón.
Una estructura. Un molde.
Pero… ¿y si no fuera así?
¿Y si ese día pudiera ser un reflejo quienes realmente somos?
No se trata de romper con la tradición,
sino de tocarla con nuestras manos
y darle nueva forma.
Una forma íntima, honesta, nuestra.
No se trata de romper con la tradición.
Sino de acercarse a ella con las manos abiertas, y moldearla suavemente
hasta que respire con nuestra voz.
Cada decisión es una huella.
Cada objeto, una palabra elegida.
Cada luz, cada textura, cada matiz de color…
es un gesto que revela lo que somos.
No porque lo diga una tendencia,
sino porque nos refleja.
Como la flor Peonía, que no se abre por obligación, sino cuando el tiempo y la intención se alinean… así puede florecer también una boda auténtica.
Este no es un llamado a ser distintos.
Es una invitación a ser fieles.
Fieles a lo que soñamos.
Fieles a lo que sentimos.
Porque una boda no es una obra para otros.
Es una celebración del amor y lo que elegimos ser.
Y todo lo que lleve nuestro nombre
puede, y debe, hablarnos de vuelta.








Comentarios